Washington.- La comisión que investigó los abusos en los experimentos médicos de EEUU en Guatemala entre 1946 y 1948 afirmó hoy que éstos pertenecen al pasado y no podrían volver a ocurrir, pero recomendó fortalecer aun más las protecciones vigentes.
La Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética divulgó hoy un informe con 14 recomendaciones para mejorar las salvaguardas a personas que participan en experimentos financiados por el Gobierno federal, para evitar abusos como los cometidos por un equipo médico estadounidense en Guatemala entre 1946 y 1948.
En experimentos sobre enfermedades venéreas, los médicos infectaron intencionalmente con sífilis, gonorrea y chancros a 2.082 hombres y mujeres guatemaltecos, entre soldados, presos, trabajadoras sexuales y enfermos mentales, sin su consentimiento.
Pero, durante una conferencia telefónica con periodistas, la comisión dijo confiar en que, con el sistema de salvaguardas establecido, esos abusos son "cosa del pasado".
"La comisión confía en que lo que pasó en Guatemala en la década de 1940 no podría ocurrir ahora. También confiamos en que hay espacio para mejorar las protecciones de sujetos humanos de daños evitables y trato inmoral", dijo Amy Gutmann, presidenta de la Comisión.
Esos experimentos "han sido descritos, sin exagerar, como algo brutal; el nivel de maltrato y violación de la dignidad humana fue espeluznante..., pero las reglas y regulaciones de ahora hacen de eso algo del pasado, afortunadamente", enfatizó.
"Nuestra meta es que la sociedad se beneficie de los avances hechos posibles por las investigaciones con seres humanos y a la vez asegurar el respeto de la dignidad de las personas que se prestan como voluntarios en esas investigaciones", observó.
Gutmann destacó que el sistema estadounidense ahora cuenta con "protecciones sustanciales para la salud, derechos y bienestar de los voluntarios" en las pruebas, especialmente a través de procesos que no existían a finales de la década de 1940.
Esas reglas y normas de ética, reconocidas tanto en EEUU como a nivel internacional, "se han desarrollado en décadas posteriores y se han mejorado cada vez más", señaló.
El informe encargado por el presidente estadounidense, Barack Obama, no especifica cómo resarcir a las víctimas de los ensayos hechos en Guatemala, pero Gutmann dijo que "los principios y guías que incluimos pueden ser relevantes para determinar" el tipo y alcance de las compensaciones para los sobrevivientes y sus familiares.
El documento sí recomienda "cambios inmediatos" para incrementar la transparencia y la rendición de cuentas en los experimentos en marcha, de tal manera que se reduzcan las posibilidades de causar daño o trato poco ético a voluntarios humanos.
Entre sus recomendaciones, la Comisión propone un sistema que garantice compensación para el cuidado médico de personas que sufren daños durante una investigación biomédica, y hacer valer los procedimientos establecidos en países extranjeros donde EEUU realice pruebas.
También recomienda la elaboración de guías para la selección de sitios domésticos e internacionales donde se realicen los estudios, para así minimizar el riesgo de explotación de comunidades vulnerables.
Las recomendaciones son clave si se toma en cuenta que, tan sólo en el año fiscal 2010, el Gobierno de EEUU financió unos 55.000 experimentos con seres humanos en todo el mundo, la mayoría de estos en el campo de la salud, y otros en áreas como la educación, ingeniería y ciencias sociales.
El informe de la Comisión señaló que en la actualidad las 18 entidades federales que conducen o supervisan experimentos con seres humanos carecen de una base central de datos sobre el tamaño, costo y alcance de sus investigaciones.
El Pentágono, por ejemplo, dijo a la Comisión que necesitaba más de siete meses para preparar información sobre estudios específicos a cargo del Departamento de Defensa, dijo Gutmann.
La falta de mecanismos internos para rendir cuentas sobre las investigaciones financiadas por EEUU "crea una barrera para las garantías que el Gobierno federal puede ofrecer al público sobre la protección" en las investigaciones, advirtió.
"Los experimentos en Guatemala son un recordatorio de que nunca debemos dar por hechos los asuntos de ética... una buena ciencia requiere buena ética y viceversa, y en Guatemala se falló en ambos lados de la ecuación", resumió Gutmann.
Por: María Peña/EFE
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