NUEVA YORK -- Por sus propios méritos, el primer partido de la historia entre dos equipos de Nueva York fue tan entretenido como suele ser el básquetbol de temporada regular en la Conferencia Este.
Ofreció duelos de All-Stars, récords personales (positivos y negativos), drama en cada posesión, la tensión del tiro de último segundo y, finalmente, el tiempo extra.
Pero la verdadera revelación de la victoria de los Brooklyn Nets por 96-89 sobre los New York Knicks el lunes por la noche fue que todas las señales apuntan a que éste ha sido el inicio de una verdadera rivalidad.
No una rivalidad de marketing, aunque los trajes hayan estado trabajando en eso desde hace años. No una rivalidad espacial o cultural, ni la nueva narrativa del pueblo aburguesado a un lado del East River contra la vieja guardia en una batalla por nuevos fans.